@ellibelaresc
Personalmente, y sólo por morbo, pensaba que el nuevo portavoz de los obispos fuera alguien con un espíritu más acorde con los nuevos tiempos que va predicando el papa Francisco y que tuviera la valentía de airear la caspa asquerosa que durante su mandato han ido esparciendo Rouco y sus compinches. Al menos, y sólo han pasado dos días de su elección cuando escribo esta gaceta, las primeras declaraciones de intenciones no auguran nada bueno para los que de verdad comulgan con esta religión. Más de lo mismo, me parece.
El pedigrí del nuevo secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, el sacerdote José María Gil Tamayo, no es muy progresista: vinculado al Opus Dei, es consejero de la COPE y ya ‘dispara’ al PSOE al advertirle que hablan de la iglesia para despistar.
Como de costumbre estas gentes se consideran poseedoras de una única verdad que consiste en interpretar y considerar el pasado reciente, y no tan reciente, desde su óptica perversa. Unas primeras declaraciones, que ya se intuyen peleonas, advierte sibilinamente al PSOE y a la izquierda española que se estén quietecitos, que todo lo que les está ocurriendo es un rollo que se han inventado para justificar sus frustraciones. Ven a la iglesia como una enemiga y se equivocan porque la Iglesia “no debe ser considerada como un contrincante político, dado que no juega en la contienda”. Y esto, exactamente esto, reverendo Gil Tamayo, es del todo falso.
¿Cómo que la iglesia católica no es en España un contrincante político? ¿La secta católica no jugó en la contienda en connivencia con el nacional catolicismo? ¿Cuántas víctimas del franquismo se canonizaron en el último festín neofascista de Tarragona? ¿Me negarán que la iglesia católica no estuvo hermanada con la dictadura franquista? Señor Gil, avergüencese con la fotografía que acompaña a esta gacetilla. ¿Por qué ni siquiera permiten investigar dónde están los restos de miles y miles de muertos asesinados y desaparecidos? El dictador quiso ser enterrado en el Valle de los Caídos y se hizo, por parte de la Iglesia, lo que Franco pedía. Y la Iglesia no sólo callaba, sino que aplaudía, con entusiasmo, al dictador y a los vencedores. ¿O no es así?
Pero tampoco es necesario que volvamos a los años de la dictadura. ¿Qué sería de la iglesia católica si el PSOE traidor y timorato de sus esencias y el PP ultramontano y oportunista no la sostuvieran, aunque sea por intereses distintos?¿No juegan en la contienda los medios propiedad o afines de los obispos y del alto clero, como la COPE,13TV, La Razón y el ABC que son casi siempre máquinas informativas y de opinión, orientadas hacia la derecha y no hacia la izquierda, aunque Francisco dijera que él “no es de derechas”. ¿O es que el señor Gil Tamayo no tiene mando en plaza en los consejos de administración de la cadena COPE y 13TV? ¿Por qué no ha querido que su radio y televisión sean objetivas, equilibradas, imparciales, estilo BBC? Pues no, nosotros no jugamos en la contienda.
Gil Tamayo, ha faltado a la verdad diciendo que la Iglesia no compite en el ámbito de la política. ¿Por qué están inmiscuyéndose con el partido que ahora, después de tantos años y vete tú a saber por qué intereses ocultos, defiende la ruptura del Concordato que es tan injusto para España? ¿No será que ustedes, los fucsia, defienden a ultranza este Concordato porque gracias a él se están forrando?
Dice el recién nombrado secretario de la conferencia episcopal que ellos no se meten en política, pero habría recordarle a él y a los casposos que representa que el Concordato de 1953 sirvió para apuntalar aún más al régimen totalitario del Caudillo Franco por la gracia de Dios. Recuerde también el Concordato de la Iglesia con el Gobierno de Hitler y antes con el de Benito Mussolini. Las cosas como son, aunque visto lo que vemos se empeñen en lo contrario.
Y como ya ocurría con su predecesor, Gil Tamayo no se resigna a predicar sólo en las sacristías. Ayer volvió a lucirse con algunas perlas que anticipan su mandato: la Constitución española “no es laica aunque algunos se empeñen”, sino que “contempla el hecho religioso de forma positiva, como elemento de construcción social”. Ha defendido que la Iglesia “esté en la calle” y cumpla con su vocación de “influir en la vida social y pública” y de dar “orientaciones morales”. Este es un mensaje que “tiene que entenderlo la izquierda, la derecha y todo actor político”.
Desde luego, lo tienen que entender todos menos ellos.
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En la gacetilla de mañana hablaremos de AUNQUE NO TE LO CREAS.