@ellibelaresc
En el año 1954 quien este Liberal escribe recuerda con total y absoluta precisión cómo empezaba la jornada educativa en el colegio. Íbamos llegando los chicos sin prisas, pero sin pausa al colegio, que abría sus puertas a las 8.45. Mientras llegaban la 9 h jugábamos por el patio. A las 9 h en punto tocaba la sirena y todos los grupos, como autómatas, nos alineábamos en fila, sonaba la música por los altavoces y cantábamos el Cara al Sol. A continuación, íbamos entrando al aula y allí nos esperaba el párroco, don Antonio, que ya tenía escrita en la pizarra la consigna religiosa del día y nos hacía una pequeña homilía. El aula era escueta, sencilla y limpia. Los pupitres eran individuales y de madera maciza. Tras la mesa del maestro, y colgados en la pared, en el centro un crucifijo, a su derecha el papa pío XII, y a su izquierda Franco.
La escena la puedo recordar con total nitidez, y también que mi padre me sugería que no cantara el Cara al Sol y me enseñaba a gesticular la boca y hacer ver que lo cantaba. Eran momentos oscuros y muy confusos. Por eso me estremezco cuando leo la noticia de que Vox de Murcia quiere retrotraernos a aquella nefasta España del franquismo al aprobar, con el visto bueno de PP y Cs, que cada centro público de la Región ice en su entrada una bandera nacional, ponga el himno nacional a la entrada diaria a las aulas de los alumnos y que en las aulas luzca la foto del Borbón. «Ante los ataques que sufre la unidad de España en algunos territorios, debemos poner en valor los elementos como la bandera, la corona o el himno que dan unidad y coherencia a todos los españoles. Son los símbolos que garantizan nuestro ordenamiento jurídico y deben estar presentes en las futuras generaciones para que los sientan como suyos y los pongan en valor», defiende Vox, y gracias a ellos volvemos al funesto pasado español, a los años 40, con la actualización de estos versos manriqueños: “cualquiera tiempo pasado fue mejor”, como así piensan estos energúmenos.
Con esta gente creíamos haberlo visto todo, y ya veis que no. Por supuesto, acompañan la propuesta con su clásico relato, hablando de separatismo, comunismo, de proetarras y todo lo demás. Una vez más, la ultraderecha tratando de apropiarse de los símbolos nacionales para dividir. Un clásico que en EE.UU. ya practicó Donald Trump. De ahí a rezar el Padrenuestro, poner el crucifijo presidiendo el aula y proporcionar castigos corporales a quien no se sepa la lección van dos recreos. Consolidadas estas prácticas procederemos a la recuperación de los Actos de Fe y las hogueras de la Inquisición.
Dicen los datos que Murcia es una de las comunidades con menor inversión en educación, peor rendimiento académico y mayor tasa de abandono escolar. La solución de Vox, una vez más, es taparlo todo con banderas, retratos y músicas. Si la gente más indeseable, políticamente hablando, de tu país se apropia de la bandera, es muy difícil que te sientas representado por ella.
En la gacetilla de mañana hablaremos de a Y ANGUITA LO CLAVÓ.