@ellibelaresc
En la gacetilla de ayer hacíamos mención del cambio que el populista Almeida había vuelto a dar al callejero de Madrid con el cambio de Justa Freire por el de Millán- Astray, apoyándose en una sentencia del TSJM que sostiene que el “criminal” no tuvo participación en la sublevación franquista.
El recuerdo del general José Millán-Astray regresa de nuevo al distrito madrileño de La Latina. Dos años después de que su placa fuera sustituida por la de la Justa Freire, una de las maestras más reconocidas en los años veinte y treinta del siglo pasado, el Ayuntamiento de Madrid restituyó este martes el nombre del fundador de la Legión en la vía pública. Lo hizo para dar cumplimiento a una polémica sentencia judicial que lo desligaba del franquismo. Con su regreso al callejero, la capital vuelve a formar parte de la ignominiosa lista de municipios españoles que tienen al fascista en sus calles (Ceuta, Melilla, Plasencia, San Pedro del Pinatar, Santiago de la Ribera, Alguazas, Fuensalida, Armunia, El Piñero, Gallegos de Sobrinos y Mirueña de los Infanzones. Y lo conservan a pesar de que para los historiadores resulta imposible desvincular al general de la Guerra Civil.
La Ley de Memoria Histórica obliga a las administraciones públicas a tomar “las medidas oportunas” para borrar cualquier vestigio “de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura”. Además de Millán, el callejero español sigue plagado de referencias franquistas: la del dictador Francisco Franco, el fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, o los destacados generales Emilio Mola, José Sanjurjo, Gonzalo Queipo de Llano y Juan Yagüe.
La vuelta de Millán- Astray al callejero de Madrid pone fin a dos años de disputa judicial. En abril de 2017, el Ayuntamiento de Madrid, entonces dirigido por Manuela Carmena, acordó con la única abstención del PP la eliminación de 52 vías y plazas que homenajeaban a personas o acontecimientos relacionados con el franquismo. Sin embargo, diferentes organizaciones decidieron abrir la vía judicial para bloquear los cambios. El primer varapalo llegó en agosto de 2018, cuando un juzgado ordenó que se diera marcha atrás con el borrado del general. El consistorio recurrió la decisión. Sin embargo, chocó con el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). En una sentencia del pasado mes de mayo, el órgano avaló el fallo anterior, que sostenía que “la actuación impugnada” adolecía de “la suficiente motivación”. En su resolución, la jueza sostenía que del expediente aportado no podía desprenderse “de manera inequívoca” la participación de Millán- Astray “en la sublevación militar”, en “acciones bélicas” durante la guerra o en la “represión” de la dictadura.
En opinión de los historiadores, es imposible desligar la figura del general del franquismo. Es cierto, dicen, que el golpe de Estado le pilló fuera de España. “Pero que no estuviese no significa que luego fuera una figura fundamental en la creación de la dictadura”, sostiene el historiador Ángel Viñas, que coincide con Gutmaro Gómez Bravo, profesor de Historia de la Complutense de Madrid, que lo define como una “pieza indiscutible” en el “control de la información” y de los mensajes lanzados por el bando golpista. “No formaba parte del círculo que preparó la conspiración, pero en cuanto estalla rápidamente se pone al servicio de los sublevados”.
En su libro Las tres Españas del 36, el historiador británico Paul Preston define al fundador de la Legión como “la persona que más influencia ejerció en la formación moral e ideológica de Francisco Franco. Su contribución al ideario violento de la extrema derecha española fue única, gracias a la creación del Tercio de Extranjeros. En él institucionalizó y evangelizó los valores brutales y embrutecedores con que Franco libró y ganó la guerra civil española”. Y el historiador Luis Eugenio Togores sostiene que: “Millán- Astray es una de las personalidades que más contribuyó durante los años de la Guerra Civil a facilitar la llegada de Franco al poder y a construir el mito, la imagen, que muchos españoles tendrán durante los cuarenta años de gobierno del jefe del Estado español”.
En septiembre de 1936, fue designado jefe de Prensa y Propaganda de la junta sublevada, un cargo en el que estaría hasta comienzos del año siguiente. “En todas las guerras, la propaganda es un elemento fundamental. Hay que alentar a las tropas, emborrachar de victorias a la retaguardia”, señala Viñas. En el primer franquismo la labor periodística se concebía como complementaria a la de las armas y, por tanto, subordinada al mando político-militar. Durante su etapa como jefe de propaganda Millán-Astray destacó por las instrucciones enviadas en las que, entre otras cosas, se obligaba a los diarios a publicar un entrefilete en tipografía destacada con “Una patria: España-Un Estado-Un Caudillo” y a atenerse “a la exaltación firme basada en la fe y en la confianza plena en la autoridad y persona del jefe de Estado”. Pero por lo que más se le recuerda al fascista es por su enfrentamiento con Miguel de Unamuno. Ese que cuervo general que grazna el famoso “muera la inteligencia”. Fuente: Álvaro Sánchez Castrillo.
En la gacetilla de mañana hablaremos de LA MAESTRA REPUBLICANA JUSTA FREIRE.