¿Los curas pagan el IVA de lo que perciben por las misas? Me temo que no, que lo que recaudan es dinero negro. Y de ser  cierto que no pagan por qué no se va a por ellos para que paguen como todo cristiano.

Según me cuenta una amiga católica que tengo en mi pueblo el cura de su parroquia tiene por término medio unas cuatro/seis intenciones diarias en la misa. Cada intención se paga a 10€ que suponen 120 € mes y 1440 € al año, en el caso que contemos cuatro intenciones. Desconozco los “donativos” que percibe el cura  por celebrar misas de difuntos, de fiestas patronales, comuniones, bautizos, bodas, pasar la bandeja en la misa para la limosna diaria, aportaciones de viudas santas y los diversos “cepillos” situados en lugares  estratégicos de las iglesias. (Escuché hace unos días en La Sexta TV que la Catedral de Santiago de Compostela recauda al día en donativos unos 12.000€ ¿pagan IVA? ¿O se les permite que  ingresen este dinero en sus cuentas como dinero negro?).

Calculo que entre unas aportaciones y otras el cura tendrá un plus anual (excluimos los de Santiago de Compostela y los de otros grandes  santuarios de peregrinación) de unos 4000/5000€ que no declara. Y hay más: no paga alquiler de casa y  supongo que tampoco paga de su bolsillo (sino de las aportaciones de los fieles) luz, agua, gas, teléfono, IBI, basura y demás impuestos municipales. Y si das un pasito más incluso es posible que coma muchas veces “de gorra” por las casas de los fieles. Nada, un chollo.

Según datos de la Conferencia Episcopal del año 2009 en España hay 16.937 sacerdotes diocesanos,  38.730 monjas activas, 11.647 religiosos en conventos, además de los/las de clausura. En España, un sacerdote diocesano percibe del Estado  un sueldo mensual entre 600 y 800 euros y cotiza en la base mínima de la Seguridad Social. Por otro lado, si el cura llega a ascender y se convierte en Obispo su sueldo subirá a los 1.200 euros mensuales. (Cuando escribo estas líneas desconozco si los miles de religiosos perciben algún tipo de “sueldo” oficial, lo que aumentaría la aportación del Estado).

Hagamos cálculos: 16.937 curas diocesanos que cobren unos por otros  900€  nos dan 15.243.300€ de  aportaciones del Estado, sin contar el IVA que no pagan por los conceptos expresados anteriormente  ¿No entrarían por esta vía en las arcas del Estado unos 20.000 millones más que podríamos dedicar, por ejemplo, a campañas de solidaridad? La ruptura del concordato con el Vaticano y la supresión de cualquier convenio económico con cualquier iglesia, fundamentalmente la católica, devolvería a Hacienda una suma considerable de euros que no entiendo por qué tenemos que pagar.

¿A santo de qué, en el siglo XXI,  el Estado tiene que financiar a los miembros de una sociedad privada, por muy católica, apostólica y romana que se proclame? ¿Por qué colabora el Estado con la iglesia católica y en un impreso oficial como el de la Declaración de la Renta destina una casilla para la aportación voluntaria del 0,7 a la católica? ¿Por qué no consiente ese porcentaje para la investigación científica? ¿No sería más correcto que fueran los propios fieles  los que con sus aportaciones y limosnas financiaran la manutención de “sus pastores”?

El cinismo de la iglesia católica no tiene límites. Confiando en la aportación del Estado se permite realizar una campaña de publicidad para captar jóvenes que quieran desempeñar el “oficio” de sacerdote. Atención: oficio, no vocación. La Iglesia católica, con el dinero de todos los contribuyentes, se publicita como lo haría una multinacional: promete «una vida apasionante» y «un trabajo fijo» en una nueva campaña para suscitar vocaciones sacerdotales. De escándalo. Para indignarse todos los segundos del día y del año.