@ellibelaresc

Hace muchos días que no hablábamos del ministro Wert, y muchos años que este país no tenía un Ministro de Educación tan denostado, odiado, silbado, vapuleado e insultado como el ministro de marras Wert. Hace unos días, con motivo de la huelga general de la enseñanza pública secundada por docentes, alumnos y familias en todos los niveles educativos, lo pudimos ver en los medios: cinismo puro. Insensible, y casi diría que muy cómodo, ante tanta injusticia como va a promover y tanto adoctrinamiento como quiere conseguir. Cuidadito, Wert, que la gente está muy escaldada.

Aparte de su personalidad prepotente, doctrinaria y chulesca (se crece como los miuras) nos serviremos de la gacetilla de hoy para justificar por qué este Ministro, por exceso, y los demás por defecto, deberían dimitir y  qué razones tenemos para echarle mal de ojo a Wert:

Por sus mentiras: miente como un bellaco. Miente para justificar la supresión de Educación para la Ciudadanía. Miente sobre el rendimiento de los estudiantes (el 80% de los alumnos con beca aprueba todas las asignaturas) y cuando nos compara en asuntos taurinos con Francia dando por cierto que Francia ha declarado la tauromaquia como Bien Inmaterial. Por su cinismo: «El número de alumnos por clase no aumenta, se flexibiliza«.  Por no ceder en su reforma educativa y presumir de un apoyo mayoritario. Por su catalanofobia.

También le  echamos ojeriza por sus enchufes: TVE coloca a la mujer de Wert como tertuliana en ‘Los desayunos’. Por destruir y sectarizar la educación pública. Por pasarse por el forro la supuesta aconfesionalidad del estado español. Por bocazas: ’Lo peor es que [Wert] no se da cuenta de la que se va a montar cada vez que habla o hace algo’, dicen como una lamentación en el PP.

Le echamos finalmente mal de ojo por servirle de cortina de humo a un gobierno que, mientras desmantela el estado de bienestar, hace uso de este arrogante personaje para desviar el foco de atención de sus recortes. Por racista y xenófobo y faltaría más, por imbécil: “Soy como un toro bravo; me crezco con el castigo«.

Wert, además, quiere una educación en la que no se hable de igualdad entre hombres y mujeres, ni de violencia de género, racismo, homofobia, pobreza o derechos humanos. Todo un despropósito.

El proyecto LOMCE para la escuela pública es un escándalo y una manipulación intelectual increíble por parte del Gobierno. Se confirma que continúa el adoctrinamiento católico en la escuela pública y el poder oculto del Opus Dei. Se implantan «pruebas de evaluación a nivel nacional en puntos críticos de cada etapa educativa«. Es una ley segregadora que plantea separar a los alumnos a los 15 años en función de lo que quieran estudiar.  Aunque el borrador prevé que en las escuelas no habrá discriminación por razón de «nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social», sí asegura mantener los conciertos a los colegios que segregan por sexo. Se introducen cambios en los currículos, se da un poder «desmedido» al director del centro para elegir al profesorado (es posible que con los directores se alargue la mano del poder dominante y se conviertan en comisarios políticos ¿o no?) y «suprime» las competencias del Consejo Escolar al considerarlo sólo un órgano consultivo. Seguimos con los despropósitos.

Recuerdo que cuando hace unos meses le boicotearon al Ministro una conferencia en Sevilla, Wert, indignado, calificó el acto de fascista, y aprovechó el momento para alardear de lo que no pone en práctica: «Una situación como la de hoy llama la atención sobre la necesidad de una reforma educativa importante, porque la educación consiste en una formación integral que incluye el valor de la tolerancia, del respeto y el principio del argumento por encima del grito y de la descalificación«. Perfecto, señor Ministro, ya me dirá usted cómo van a comportarse  nuestros jóvenes del futuro cuando con mucha cultura religiosa y sin ningún aprendizaje en tolerancia y educación cívica se encuentren con energúmenos como usted.

El vídeo que os propongo es muy ilustrativo. Tiene una cara, que es lo que pretende Wert, y una cruz, que es lo que pide toda la comunidad educativa.

Y se han cumplido los pronósticos: ganan los obispos. El Consejo de Ministros de ayer ha aprobado el anteproyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), que no inició su trámite parlamentario la semana pasada, como estaba previsto, porque quedaban por estudiar algunas «observaciones«. El Gobierno cede ante los obispos y pone la Religión a la altura de las Matemáticas y de la Lengua. Será una materia más y contará para la media. Con esta decisión, el sistema educativo español regresa al modelo franquista, vigente hasta la aprobación en los 90 de la LOGSE.

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En la gacetilla de mañana hablaremos de ¿DÓNDE VIVES, MARIANO?